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¿Quién mata los proyectos antes de nacer? Spoiler: no es el mercado

¿Quién mata los proyectos antes de nacer? Spoiler: no es el mercado
Por: Olga López, experta 360Lateral
En Colombia, hablar de desarrollo inmobiliario y crecimiento urbano sin mencionar la tramitología y la burocracia sería ignorar uno de los principales cuellos de botella de nuestro sector.
Más que simples formalidades administrativas, estos procesos se han convertido en verdaderas barreras para la inversión, la eficiencia y la competitividad de la industria constructora.
¿Qué tan grave es el problema?
Promotores, desarrolladores y constructores se enfrentan cada día a una proliferación de licencias, permisos y autorizaciones que deben gestionarse ante múltiples entidades —nacionales, regionales y locales—, cada una con sus propios requisitos, plazos y criterios de interpretación.
Este entorno genera un laberinto administrativo que retrasa los proyectos, eleva costos y genera un clima de incertidumbre jurídica y financiera.
Consecuencias que pagamos todos
- Proyectos más costosos:
Tiempos de espera prolongados, contratación de consultores especializados, capital inmovilizado… Todo esto encarece el producto final. - Acceso limitado a la vivienda:
Los sobrecostos generados por la tramitología se trasladan al comprador final, reduciendo la demanda y el acceso a vivienda digna. - Desincentivo a la inversión:
La imposibilidad de cumplir cronogramas y los sobrecostos asociados ahuyentan nuevos desarrollos y afectan la rentabilidad. - Fomento a la informalidad y la corrupción:
La complejidad de legalizar un proyecto incentiva a algunos a operar al margen de la ley, con consecuencias para la calidad y seguridad de las construcciones.
¿Y entonces, qué hacemos?
Superar este obstáculo no es un lujo, es una urgencia para dinamizar el sector. Aquí proponemos pensar en:
- Digitalización de trámites: para ganar agilidad, trazabilidad y transparencia.
- Coordinación interinstitucional: para evitar duplicidades, contradicciones y desgaste operativo.
- Unificación normativa: que simplifique y aclare el camino para los desarrolladores.
- Enfoque al usuario: con trámites pensados desde la experiencia del ciudadano y del empresario.
El llamado es claro:
Colombia necesita una política pública que ponga a la tramitología al servicio del desarrollo, no como su obstáculo principal.
Desde nuestra experiencia como asesores del sector, sabemos que liberar al sector constructor e inmobiliario de estas cargas puede traducirse en más inversión, mayor empleo, acceso a vivienda y desarrollo urbano sostenible.
¿Cuánto más podemos crecer si eliminamos estas barreras invisibles?
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